It Takes A Nation Of Millions To Hold Us Back • Trigésimo Aniversario

Semejante banquete de rimas y samples se convirtió rápidamente en elemento sagrado del hip-hop, pero como mi relación directa con It Takes A Nation Of Millions To Hold Us Back empezó este año, este texto solo relata con asombro la influencia que esto tuvo sobre mi zona de confort musical (rock). Claro, este álbum conforma el bloque de obras definitivas que proveyeron los insumos underground de los años 80 que se convirtieron en mainstream en los 90, transición evidenciada por ejemplo, cuando Rage Against the Machine retomó el marcado compromiso lírico con la causa que caracterizó a Public Enemy, difuminando de paso la frontera entre ambos géneros musicales.

Desde el primer minuto empieza a sentirse la influencia, la intro en vivo de Countdown To Armageddon me recuerda el inicio del Check Your Head de sus vecinos de la Costa Este, Beastie Boys, con quienes parecieran haber entablado un duelo amigable, respondiendo aquí al debut con que el mencionado trío de judíos había dejado a medio mundo con la boca abierta (Licenced To Ill - 1986). Ahora, si bien sónicamente ambos tienen atractivo masivo, lo cierto es que mientras en los primeros cortes Bring the Noise y Don't Believe the Hype (lemas por sí mismos) los Public Enemy ponían a su país contra las cuerdas, líricamente los Beasties estaban jugando a rapear.

En el cuarto corte Cold Lampin' With Flavor, donde se echan a cuestas diez samples, suena ese pitido frecuente en la base que me recuerda al coro de Jump de Kris Kross, el primer rap que me gustó en mi vida. Allí presentan a Flavor Flav quien normalmente hacía las veces de Hype Man (apoyando con breves frases al M.C. principal Chuck D) pero que aquí la canta toda. Con ese mismo pitido y el pegajoso "go, go, go, go, go" al final de los coros está Terminator X To The Edge Of Panic, donde presentan con lujo de detalle las habilidades de quien fuera su D.J. por muchos años.

Louder Than A Bomb, el otro con diez samples a bordo, tiene entre ellos una guitarra deliciosa que tomaron prestada de los Kool & The Gang y un 'YEAH' extraído de Girls de los Beastie Boys. Este es el momento para decir que la construcción musical a partir de samples es tan poderosa, que retaron a todos en la escena hip-hop a superarse y si, quienes superaron el reto con honores fueron los Beastie Boys, respondiendo al año siguiente con el Paul's Boutique, uno de los hitos discográficos en la materia. Dicho sea de paso, Rick Rubin estaba detrás de todo esto como productor ejecutivo en Def Jam Recordings...

Con el décimo corte She Watch Channel Zero?! pueden haber fácilmente inventado el rap metal, atinando de lo lindo con el sample de Angel Of Death (Slayer), e incitando a otras propuestas de hip-hop a ser más pesadas, siendo The Prodigy el primer ejemplo que se me ocurre. Por cierto, esta gracia fue imitada por KMFDM con su tema Godlike de 1990. Night Of The Living Baseheads por su parte, es la ganadora en número de samples: ¡18! Nunca me habría imaginado algo así, pero el fenómeno de la cocaína en los ochenta dio para que salieran con este tema dedicado a los 'bazuqueros' del momento, en un tono muy sarcástico según lo sugiere el título.

En Black Steel In The Hour Of Chaos, otro de los platos fuertes del disco por su crítica a la situación militar de los negros y por ser la más extensa, revela influencia para sus hermanos en la Gran Bretaña, según lo mostró Tricky con su propia e interesantísima versión cuando el trip hop estaba en boga en 1995. Caught, Can We Get A Witness? es una de las más funk y sabrosas de todas y en la breve Show 'Em What You Got usan un saxofón delicioso sacado del soul clásico. En Rebel Without a Pause se mandan unas rimas tremendas de nuevo en la onda del "pitido" inicial y acuñan el recurrente "Bring That Beat Back!"

Hacia el final aparece Prophets Of Rage y aquí conecto con los últimos renglones del primer párrafo. El único rapero que tiene licencia para cantar Rage Against the Machine es Chuck D y para eso crearon una banda cuyo nombre sale de este tema. Respeto. No hay mucho que agregar al respecto. El cierre es con otra respuesta directa a los Beastie Boys: Party For Your Right To Fight, temazo con el que invierten el sentido divertido de los Beasties, pero de ninguna manera menos contagioso o contundente. ¡Uff!

Este disco es un documento claro de los renegados del funk, una resistencia desde la propuesta, talento puro para alimentar la cultura y el entretenimiento. Como dije, agradezco a Public Enemy por impulsar tantas cosas que siempre me gustaron pero me preparo para continuar construyendo mi relación con el hip-hop, y se necesitará una nación de millones para evitarlo.

Feliz aniversario!!!

https://youtu.be/q8JJBRFBOMY