South Of Heaven • Trigésimo Aniversario

Siendo más entusiasta de lo alternativo que de lo extremo y más del groove que de la velocidad, no es raro que South Of Heaven sea uno de mis discos favoritos de Slayer (de pronto superado por Seasons In The Abyss), no solo desde lo musical sino como tema de conversación, porque lo veo como una de esas genialidades con las que esta leyenda del metal y Rick Rubin, el productor que sugiere alterar la fórmula, brillaron en aquel hermoso final de la década de los 80, llena de underground.

El impacto del Reign In Blood sería un reto para cualquier cosa que hicieran a continuación y la apuesta de tranquilizarse un poco obviamente resultó siendo extraña, pero lo importante es que se ha fortalecido con el tiempo, inclusive ante la desfavorable opinión que la misma banda tiene de él, aún conteniendo canciones como Mandatory Suicide, una de las que más frecuentaban en sus shows en vivo. Claro, todo lo que hiciera a una propuesta underground más atractiva para las masas era considerado una traición, pero como ya pasaron treinta años del disco y por ahí unos quince de haber superado ese debate, solo sus propios méritos le harán juicio a South Of Heaven.

Si bien ya el groove que trae la disminución en velocidad es una cualidad, esto también trajo a los integrantes espacios para aprovechar individualmente, como Dave Lombardo quien se destaca en primer plano por la calidad de sus baterías, Tom Araya, quien tuvo respiro para profundizar en la personalidad de su voz, y el difunto Jeff Hanneman que además de escribir la mayoría de los riffs, con los tempos lentos permitió que se generaran unos leads de una sola (o muy pocas) nota(s), que con efectos de eco logran una profundidad oscura y estridente en la mezcla que me encanta, contrastando a su vez con los frenéticos punteos que junto a Kerry King empleaban usualmente.

Aquí uso como ejemplo Live Undead, tal vez mi corte preferido porque tiene todos estos elementos que menciono, además de uno de los mejores gritos de Araya y el finalizar en velocidad clásica de Slayer habiendo empezado lento. Ahora, no todas están ralentizadas, según se evidencia en la hardcorera Silent Scream, en la ruda Behind The Crooked Cross, en la dosis concentrada de SlayerGhosts Of War, y en Cleanse the Soul.

Así pues, quedarían por mencionar la deliciosa versión del tema de Judas PriestDissident Agressor y los dos definitivos de la propuesta musical del álbum: South Of Heaven y Spill the Blood, los más lentos y extensos ubicados al inicio y final, correspondientemente. El primero es uno de los mejores temas en su repertorio y da nombre al álbum porque protege el legado satánico desde su título, desde su letra y desde infinita pesadez que iban encontrando conforme iban más despacio. Obra maestra.

"An unforeseen future nestled somewhere in time.
Unsuspecting victims no warnings, no signs.
Judgment day the second coming arrives.
Before you see the light you must die. [...]

Chaos rampant,
An age of distrust.
Confrontations.
Impulsive habitat.
On and on, south of heaven [...]"

Entonces, aunque la obstinación de Slayer con su forma es lo que los hizo una banda de culto (recordemos que diez años después en Diabolus In Musica también intentan experimentar sin gustar del resultado), me parece que esta pequeña alteración estuvo perfectamente justificada, solo que eran muy jóvenes en su momento o siguieron siendo muy inmaduros para aceptarlo. South Of Heaven fue mi puerta de acceso a este mundo y sigue siendo una de las razones de peso por las que admiro su música.

Feliz aniversario!