The Black Album · Cuadragésimo Aniversario

Hace años cuando empecé a estudiar juicioso la historia del punk, el siguiente paso después de Los Pistols y The Clash fue The Damned, por varias razones entre las cuales recuerdo dos: primero, fueron los que primero estrenaron álbum en aquel glorioso 1977 y segundo, eran la primera sugerencia incluida en mi respetada compilación The Spaghetti Incident? Vaya si me costó hacerme a mi primer CD de ellos, una compilación The Best Of bastante chévere que compré en el entonces Tower Records a una escandalosa cifra (creo que $40.000), un milagroso día que visité un casino y salí con más dinero que con el que había entrado...

Esa compilación me mostró dos lados de The Damned: el lado punkero de su etapa temprana y el lado new wave en el que se matricularon por años, a partir de 1980, cuando lanzaron The Black Album y abrazaron su reconocido estilo gótico, cargado de teclados y sobre todo: condenadamente musical. Por una década (al menos) y de manera arbitraria, omití por completo ese lado new wave pero tiempo después empecé a entender la hermosa musicalidad de esta banda.

Gracias a la perspectiva que llega con los años me encuentro ahora reseñando este gran álbum en su cuadragésimo aniversario. Inicia con el hit Wait For The Blackout, que anuncia unas melodías increíbles y unos arpegios de guitarra sin distorsión. En el segundo corte, Lively Arts, los sintetizadores aparecen con tanta fuerza que es el punto de quiebre: o te emocionas o te frustras. Ahora que vuelvo a escucharlo, me resulta una mezcla bien emocionante. En el tercer corte, Silly Kid's Games llega lo acústico, un piano, y también unos punteos en bajo a manos del recién llegado Paul Gray (quien abandonó por años pero es el bajista actual), toques que revelan aprovechamiento de potencial. Son muy buenos.

Ahora, en el cuarto corte, Drinking About My Baby, vuelve el estilo clásico, pero ya sabemos que en pequeñas dosis (oído al tote Hit Or Miss). En general The Black Album va y viene entre lo que habían hecho y lo que andaban explorando, con bastante éxito pues los álbumes que continuaron no son son tan contundentes como este. En todo caso, es una curiosidad sónica llena de detalles como canciones largas (incluyendo el épico cierre Curtain Call de 17 minutos) y especialmente: The History Of the World (Part 1), uno de sus temas más importantes, que es producido junto al joven alemán Hanz Zimmer, afamado en la historia reciente por su poderoso trabajo en la industria del cine, premiado entre otros, por sus colaboraciones con Christopher Nolan... ¿Qué tal ah? Pues sí, el tipo toca sintetizadores en este disco, dato del que me enteré hoy...

En The Black Album dan un paso adelante como proyecto, dejando fluir una creatividad que no podían evitar. Así, aunque seguro no es para todo el mundo y por estas tierras no es una pieza muy valorada, se trata de un gran elemento para entender y disfrutar a The Damned, un evento destacable de 1980.

Feliz aniversario!

Tremendo bajista!

Oído a esto que viene... es muy proto-Pixies: