Aprovechando que está disponible en Amazon Prime, repetí Hellraiser después de muchos años para corroborar su estatus como clásico de culto en el género del terror, del que hay cientos de opciones disponibles en plataformas, pero muy pocas que valgan la pena.
Sin duda, la formación artística del creador inglés Clive Barker hace toda la diferencia pues antes que la técnica para poner en escena, es la historia la que sustenta todo y nada como la solidez de una novela (en este caso, The Hellbound Heart de 1986), para desarrollar con suficiente amplitud el drama y los personajes. Como en muchas películas buenas de terror, todo le sucede a una familia llena de problemas condenada a no funcionar. Ahora, la mirada "satánica" o "libre de culpa" sobre la infidelidad y el placer, garantizan la incomodidad de la audiencia en un plano profundo, más aún en los años 80 cuando la presión religiosa era muchísimo más grande que ahora.
Ya pasando a la técnica, debido a la intensidad de la historia no me fijé en los aspectos usuales sino en los efectos especiales (sobra decirlo), y en la locación. Vaya si me alteró esa casa asquerosa llena de mugre y mala energía, así como el suburbio donde está ubicada. Gran decisión desde el presupuesto y desde la intención estética. Creo que esa casa es como un equivalente al Hotel Overlook en The Shining, solo que marginal, punk. En cuanto al reparto y a las actuaciones se refiere, no tuve un diagnóstico claro pero en todo caso, es porque funcionaron.
En resumen, Hellraiser es otro de los ejemplos de cómo se inició una franquicia multimillonaria que duró años explotándose sin poder superar nunca la primera entrega: con una buena historia. Puede que no sea perfecta pero es tremenda.
