Continuando el ejercicio de ir a salas de cine, decidí darle la oportunidad a El Callejón de las Almas Perdidas y encontré una historia de crimen y estafa, noir y de época, impecablemente contada, con altísimos valores de producción, entretenida y sólida.
La historia inicia en 1939, en una comunidad nómada que se gana la vida dándole vida diariamente a un antiguo circo de fenómenos (freak show), donde la mentira y la decepción se disfrazan de trucos y habilidades paranormales. En esta espectacular puesta en escena llena de arte y detalles, se presenta a Stanton Carlisle (Bradley Cooper) y a otros integrantes del circo, interpretados por Rooney Mara, Tony Collette, Willem Dafoe y Ron Perlman (brutal reparto). Aquí Stanton aprende con lujo de detalles la "clarividencia", lo que le permite marcharse con Molly (Mara) a buscar un futuro mejor.
Con su nuevo show y con sus habilidades en su mejor momento, Stan accede a la clase más alta de la sociedad, encontrando dinero, oportunidades y a Lilith Ritter (Cate Blanchet) quien lo guía hacia un lugar curiosamente más sórdido que el circo de donde surgió, pues la oscuridad no solo está en el exterior.
Además de un trabajo brillante de Cooper en el rol principal, la película acierta en todos los aspectos (bueno, es un poco larga). Así pues, si quieren una aproximación clásica al cine, con la probada oscuridad de Guillermo del Toro, bien puedan entrarle a Nightmare Alley.