Sobre: Pixies en vivo · Bogotá D.C. 7-X-2022

Como todo lo bueno en la vida, se pasó volando. Lo disfruté inmensamente y sin duda fue un momento muy especial de este 2022. Pero quiero anotar estas reflexiones adicionales a lo que ya se ha dicho al respecto y empiezo por el setlist: si bien viene cambiando conforme avanza la gira, trayendo sorpresas a quienes pretendemos anticiparnos a lo que va a pasar (nunca imaginé tocarían Head On, por cierto, bien difícil de cantar), la selección sigue siendo pura nostalgia. Esto es efectivo y satisface a los asistentes, pero siendo fan de sus últimos álbumes (particularmente del Indie Cindy) yo sí me pregunto ¿cómo es que omiten ésa parte del catálogo? (sólo tocaron St. Nazaire y All the Saints, que lindas fueron), y ¿cómo es que no tocaron ninguna del Doggerel? Según setlist.fm Vault Of Heaven fue "abortada debido a fallas con la guitarra de Frank".

Hay dos cosas que no me gustan de esto: primera, que me siento subestimado, como parte de una audiencia a la que quieren mantener en la zona de confort de los hits; y segunda, me da pena que Paz Lenchantin no pueda tocar los temas que ha construido con su banda de hace un década, sino que tenga que tocar los viejos. Toda la timidez que a veces noto en Paz la relaciono con la incomodidad que -sospecho- todavía debe sentir reemplazando a su antecesora. Creo que aún diez años después debe continuar siendo difícil ocupar ése espacio.

Dicho esto, fui muy feliz con la selección. Tal vez la canción que más me sorprendió fue Brick Is Red; siendo tan escaso el material del Bossanova le sentí un sabor especial a Cecilia Ann y a Ana; amé el intro extendido de Caribou; y tal vez, mi canción preferida fue Ed Is Dead. Ahora, en cuanto al sonido se refiere hay que anotar un pequeño detalle: la guitarra de Joey estaba un poco baja de volumen. Nada grave y no afectó su reglamentario show noise en Vamos (momento destacado en cualquier concierto de Pixies), pero ha podido tener más fuerza. Todo lo demás sonó divinamente y a propósito del escenario, para un concierto de estas dimensiones (pequeño), el Chamorro City Hall funcionó de maravilla. Como anotaron varias personas en redes, una banda de esta categoría no requiere escenografía, ni encore, ni saludos, apenas una sencilla iluminación.

Sólo alcancé a las tres últimas canciones de las 1280 Almas, quienes siempre emocionan aún contando con un sonido de menor calidad, como muchas veces les pasa a los teloneros. Ahora, aunque les tengo mucho cariño sí pensé en que habría preferido ver allí a una banda más actual. Por último, con el impulso de éste show Doggerel se acaba de meter entre lo mejor del año, gran álbum. Espero sigan lanzando nueva música y poderles volver a ver en vivo una tercera vez.

Salud!