Conocí Black Rebel Motorcycle Club poco después que estrenaron su cuarto trabajo Baby 81, y por su aproximación clásica al rock, 'garajera' pero sin la entonces usual alineación de dos integrantes, se convirtieron en una de mis bandas favoritas del nuevo milenio (gracias de nuevo a mi novia por mostrármelos). De todos sus álbumes, el sonido del Baby 81 es más limpio y más bailable, como tratando de alcanzar las pulidas producciones del indie británico, de entre las cuales recuerdo siempre a Franz Ferdinand por tanto que sonó en la época con ésa formula. Ahora, ése enfoque no resultó ser tan positivo para ellos. De hecho los dejó mal parados, buscando unirse a lo popular en vez de mantenerse en el impecable camino que habían recorrido hasta entonces.
Pero aún así el talentoso trío de San Francisco logra nivel sin mucho esfuerzo. Lo digo porque si bien está lejos de ser su mejor obra, el Baby 81 tiene unos momentos muy sólidos, especialmente el inicio con Took Out A Loan y su soberbio riff principal, pasando por el temazo Berlin, uno de los definitivos y ejemplo puntual de aquel sabor a-lo-indie-británico que mencionaba, y llegando hasta la roquera Weapon Of Choice. El resto del álbum va y viene entre los límites propios que habían trazado con la tendencia blues y gospel del aclamado Howl, así como con las rudas cuerdas del Take Them On, On Your Own, y la exquisita y sabia composición noise y post-punkera del debut homónimo.
El disco también se caracteriza por temas extensos (como la épica American X), un sonido de batería 'gigante' con acentos sincopados, y altos niveles de intensidad. Las frecuentes guitarras acústicas y algunos pianos y teclados intentan suavizar la cosa, pero en realidad suena duro todo el tiempo. Los otros momentos destacados son Need Some Air y Killing The Light, y en la mitad, mi favorita 666 Conducer. ¡Buenísima!
Es extraño, lamento reconocer que no se trata del mejor pero luego recuerdo que si escribí esto es porque desde hace diez años siento un veneno importante en la producción de este disco que me hace congeniar rápido con el espíritu y el poder de los B.R.M.C. Entonces, en caso de no conocerlos, si valdría la pena darle un par de pasadas al Baby 81 y luego echar hacia atrás. De todas formas concluyo que hasta aquí tienen una racha discográfica envidiable dentro del rock creado post 2000.
Feliz aniversario!