Tras el sensacional Rastaman Vibration y luego de un atentado contra su vida en diciembre de 1976, Bobby partió hacia Londres a continuar su trabajo desde una nueva isla, de donde resultó Exodus, uno de sus mejores logros discográficos y una especie de reconquista inglesa por parte de Jamaica, al alcanzar con sus temas los primeros lugares de las listas de popularidad británicas, y de paso permanecer para siempre en las listas de popularidad de la humanidad.
Exodus tiene tantos hits que al principio cuesta concebirlo como un álbum y no como una compilación de éxitos. Pero esa dificultad, superada actualmente, implica una facilidad en este momento: no tener que pronunciarme sobre los famosos cortes que componen el lado B y que hablan por sí mismos (Jamming, Waiting In Vain, Turn Your Lights Down Low, Three Little Birds, One Love/People Get Ready), de cuyas dos últimas no se cual me conmueve más.
Por su parte, el tema que le da nombre al disco es a su vez éxito y manifiesto religioso-político (de siete minutos y medio), por lo que merece una mención especial. Ahora, como mis aproximaciones al antiguo testamento hasta ahora comienzan, pero en todo caso lejos del Rastafarianismo, mi relación con esta canción es especial porque evolucionó. Al principio me sentía líricamente ajeno a ella, pero su poderoso llamado tribal me permitió entender que también me hablaba a mi y a todos por igual, pues el imperio que nos oprime y del que debemos escapar normalmente va por dentro:
Open your eyes and look within:
Are you satisfied with the life you're living?
We know where we're going;
We know where we're from.
We're leaving Babylon, y'all!
We're going to our Father's land.
Según Matthew Hilburn de Allmusic.com aquí se revela que musicalmente Marley estaba siguiendo pistas de la emergente escena del dub. Bacano.
Y así, solo me queda el resto del lado A, el del contenido "elevado", empezando con la espectacular Natural Mystic, uno de mis viejos amores a primera escucha y una de las mejores aperturas de un disco de Bobby. Su hipnótico ritmo toma fuerza de la manera más delicada posible mientras nos habla de Dios sin personificarlo. Un temazo. Luego, Tantas Cosas Para Decir que aguanta tomarlo con calma, y en ése clásico tempo y golpecito sincopado del reggae llega la triste Guiltiness, cuya calma permite percibirlo todo, el hi-hat, los vientos, el bajo, y así, el magnífico ensamble de los Wailers, una de las grandes orquestas de todos los tiempos.
Finalmente tenemos la tremenda The Heathen, con su percusión sencilla pero letal que me recuerda a La Verdad (la orquesta que lideraba Joe Arroyo) y con su guitarra líder que me permitió captar el funk de esta propuesta, ¡EL FUNK! Idéntico a Funkadelic, de donde John Frusciante sacó inspiración años después para algunos de sus momentos más inspirados. Maravilloso disco Exodus.
Y así, con este pequeño pero universal repertorio lleno profundidad y sabrosura Bob Marley & The Wailers dominaron occidente en plena era del punk. Por eso, mi respeto eterno para ustedes.
¡Feliz aniversario!
¡Los sintetizadores! ¡Las coristas con trajes africanos! ¡El bota-campana! ¡El bajo y la batería! ¡Jesucristo el funk! ¡El funk!