Como buen metalero, por mucho tiempo creí el que el mejor disco de KMFDM era XTOЯT. Sin embargo, los años me han dejado claro que Symbols es su logro definitivo. Igual, como mencioné en ocasiones anteriores, éste no es un proyecto de metal sino de dance con riffs y punteos metaleros, así que de ahí parte la justificación pues este es el álbum más inspirado y profesional de KMFDM en términos de programación y creación electrónica. Una delicia.
Por supuesto que todos los elementos propios que ayudaron a popularizar esta fórmula en los 90 continúan aquí: el entonces integrante En Esch a cargo de diferentes tareas, como vocales en excelente Leid Und Elend ¿quién se imaginaría una canción tan atractiva cantada en en alemán?; la guitarra del hábil Günter Schulz, sobre todo en las espectaculares Stray Bullet y Spit Sperm (ésta última la canta el colega inglés Raymond Watts - también conocido como PIG); y por supuesto, la guía de un Sascha Konietzko en pleno pico de creatividad.
Entre los elementos externos que hicieron este álbum gigante están la voz de la americana Abby Travis, especialmente en Down and Out (donde comparte vocales con En Esh y en donde hay un saxofón delicioso por Amy Denio); la leyenda del industrial Nivek Ogre (de Skinny Puppy) con quien construyen la poderosa y extensa Torture; y por último, al extraño sueco Tim Sköld, a quien creo no le terminó de ir bien ni en KMFDM ni en Marilyn Manson (donde también trabajó), pero que aquí la saca del estadio participando en uno de los temas más fuertes del Symbols: Anarchy.
En una década gloriosa para el metal industrial, esta curiosa banda de raíces alemanas radicada en Chicago encontró, después de una década de producir discos, el punto exacto de su receta y comprobó, desde la contagiosa apertura de Megalomaniac hasta el agresivo cierre con Waste, que podían hacer un álbum de grandes ligas, uno obligatorio para todos los interesados en estos estilos.
Feliz aniversario!
KMFDM no era una banda particularmente fuerte en vivo, a diferencia de en sus discos.