Conformados por dos parejas de hermanos en Ohio (Mark y Bob Mothersbaugh, y Gerald y Bob Casale), la historia de Devo empieza extraña a mas no poder pues de la lista de artistas oriundos de ese estado solo conozco a los Dead Boys y por otro lado: ¿cuántas bandas conformadas por dos parejas de hermanos conoce uno? Y cuenta la historia que a través de un demo llamaron la atención de Bowie y Brian Eno, quienes encontrándose en pleno 'cuarto de hora' tras la renombrada trilogía de Berlín, se ofrecieron a producir su debut. Entonces, además de extraño hay que añadir excepcional porque hay que serlo para llamar la atención de esos dos.
No se si Brian Eno, quien efectivamente lo produjo, se ha equivocado alguna vez en su vida pero claramente aquí no fue. Su afinado instinto lo llevó a seleccionar la materia prima y a construir esta joya del new wave americano. Una obra cuyo nivel los igualaba a los Talking Heads y junto a quienes conformarían un panteón del estilo al sumarse los B-52's poco después, es decir las grandes ligas de la época.
Y supongo inmediatamente después se hizo evidente que lo que traían no solo era música porque ver una imagen o video de Devo recuerda inmediatamente algo entre Kraftwerk y los Casafantasmas, es decir un compromiso bastante grande con la puesta en escena, y si uno revisa las letras corrobora que todo el conjunto de su contenido era excepcional (como la versión que hicieron de I Can't Get No Satisfaction).
Los riffs y breves punteos son increíbles, muy punk, pero no son predominantes pues sobre las sólidas líneas de bajo y los frecuentes sintetizadores que se sienten influenciar muchas cosas a futuro como el industrial, las divertidas voces son las verdaderas protagonistas. Se escuchan las voces de casi todos los integrantes quienes de manera afinada refuerzan lo que querían decir como colectivo. Entre las mejores guitarras están Uncontrollable Urge, Space Junk, Mongoloid, Gut Feeling y Sloopy (I Saw My Baby Gettin'), temas que se sienten 'normales' por el uso de ese instrumento, pero es solo un aspecto para congeniar con Devo porque para poderse contagiar hay que abrazar precisamente lo anormal.
Cuando analicé el efecto que han tenido sobre mí las extrañas narraciones que aquí se cantan, con lo frenética que es la música, reconocí la demencia/genialidad en la composición de Are We Not Men... lo que mi hizo fan inmediato. En serio siento ganas de que me patine el coco con esta vaina. Uno de los cortes más representativos es Jocko-Homo, el himno que plantea el concepto de la de-volución en el que de manera irónica se basa su principal comentario social, luego de rayar tu cabeza de manera monumental con la repetitiva frase que da nombre al disco (desconozco la palabra en español, ¿tal vez involución?).
En todo caso, esto sigue sonando futurista y fresco cuarenta años después, por eso es uno de los capítulos más interesantes de la música popular. Oído también a Too Much Paranoias donde aún en lo más repetitivo y básico son musicales y el cierre con Shrivel-Up.
Feliz aniversario!