Presento disculpas por adelantado ya que me quedé corto en el quincuagésimo aniversario del legendario The Velvet Underground & Nico el año pasado, así como me quedé algo corto en esta reseña. El caso es que en esta segunda oportunidad los Velvet continúan con su grandiosa incursión musical en la psicodelia sesentera, ampliando su catálogo de temas inmortales y poniendo a prueba el entendimiento de la audiencia con varios detalles que ya se volvían característicos.
Pasado el animado rock n' roll a-lo-Waiting-For-The-Man que le da nombre al álbum, empiezan a romper la dinámica usual de composición rock de melodías vocales sobre estrofa-coro-estrofa y proponiendo en cambio una narración hablada sobre un ritmo y riff que se repite hasta el fin, sentando bases de noise y de drone, que influyó tantas cosas interesantes en las décadas por venir. Y si, me refiero a The Gift.
Aquí te das cuenta que sustituyeron las melodías vocales de su ex-compañera de debut Nico por la plana (si bien sabia) voz del galés John Cale sin morir en el intento. De hecho, haciéndolo muy chévere. Esto continúa en Lady Godiva's Operation, cuya ausencia de platillos y la cómica forma como la voz de Lou Reed va entrando en primer plano la hacen provocativa.
Pero claro, el elemento más característico de los Velvet que está presente a lo largo de este trabajo, es el mero ruido, ese que te puede ir chiflando como al inicio del Lado B con I Heard Her Call My Name...
Y bueno, para terminar de echarle reglamentarias flores a esta leyenda, la cereza sobre el ruidoso pastel es Sister Ray, la épica de 17 minutos y medio, grabada en una sola toma y cargada de exquisita porquería liberal que incluso hoy haría rabiar delicioso a la gente de buenas costumbres.
En fin, otro capítulo obligatorio en la historia del rock por The Velvet Underground.
Feliz aniversario!