Lanzado el 6 de diciembre de 1968 y catalogado como uno de los mejores momentos de los Rolling Stones, afirmación con la que coincido sin duda alguna, Beggars Banquet fue la gran deuda de aniversarios del 2018. La verdad es que la reseña sobre The Beatles acaparó el tiempo que entonces tuve disponible para el efecto, pero curiosamente, ahora que en febrero de 2019 pocos aniversarios tengo en el radar, aprovecho para la correspondiente mención de honor.
Hace unos días, mientras leía la magnífica novela gráfica ochentera V For Vendetta, encontré una divertida referencia que me hizo percibir la influencia de los Stones desde un nuevo ángulo (como si no hubiera ya suficientes). Y me refiero a la letra de Sympathy For the Devil, tema tan relevante que sería necio ignorarlo.
Entonces, como resumen de todo lo que he pensado al respecto de esa canción, puedo decir que fue todo un aporte montar una idea rock en un ritmo africano/brasileño como ese, un antecesor de lo que haría Talkin Heads y los pocos exponentes de fusión de música del mundo con rock, años después. Escuchen que el fundamento es solo piano y bajo, algo muy particular inclusive para ellos mismos, apareciendo la guitarra exclusivamente para uno de los mejores solos jamás hechos, de la forma más heavy pero controlada posible. En realidad me quito el sombrero (como mi amigo a continuación...).
Pero bueno, fue la letra lo que finalmente me trajo aquí y es justo lo que completa su grandeza, su carismática narración en primera persona y sus referencias históricas sobre uno de los conceptos universales e interesantes por excelencia. Y no es solo la letra que efectivamente alcanza nivel Bob Dylan, sino es el cantado "en-tu-cara" de Jagger, todo un capítulo sobre lo vocal en el rock. Aplausos.
Luego lo que viene en el álbum es una gran dosis de blues, con ese toque barroco de los Stones en la próxima-a-terminar era con Brian Johnson, donde no cesa el uso de instrumentos raros, aunque no los percibamos. Y fuera de blues de muy buena calidad, el lado B lo abre el otro hit inmortal: Street Fighting Man.
Si uno se sienta con audífonos y letra en mano a analizarla, no tiene mucho que envidiarle a Sympathy pues es otra obra maestra. Musicalmente está llena de detalles y su ambigua reflexión sobre el pasivo rol de Inglaterra en un año tan revuelto como el '68, la hacen única. Desde el inicio con poderoso riff medio sincopado y los poderosos golpes de batería a destiempo, la hacen todo un evento sónico, mientras que las letras, no solo provocadoras sino sarcásticas, le dan de nuevo ese respetado nivel lírico.
Entonces, además de los numerosos y renombrados rockeros que han hecho versiones de estos temas de los Stones, lo que esta vez se suma como excusa para venir a rendir tributo a su inconmensurable influencia, fue una novela. Que bacano.
Feliz aniversario!
P.D. Que gran cierre Salt Of The Earth...