Los años 90 trajeron el inicio y la consolidación de una gran cantidad de buenas propuestas musicales, muchas de ellas en forma de rock alternativo que ya terminaba de salir del underground para convertirse en fuente principal de consumo y de inspiración para toda las audiencias. Ahora, no puedo decir que vi llegar este disco al mercado pues recién había cumplido diez años de edad, pero poco después, cuando Tool se convirtió en uno de los referentes definitivos de mi vida, fue muy interesante descubrir cómo fue el inicio discográfico de esta longeva y sólida marca que sigo desde entonces, y que como era de esperarse, sigue siendo un gusto revisar. A propósito, estas son algunas ideas sobre el Opiate:
Teniendo en cuenta que un año después lanzarían el larga duración Undertow (1993), que ya contaría con gran parte de las cualidades estéticas y musicales que los consagraron como el Led Zeppelin de nuestra era, este Extended Play es la muestra más cruda de lo que fue Tool en estudio. Y bueno, en vivo también, pues recordemos que la selección trae dos cortes en concierto (mis favoritos después del tema que da nombre al Ep). Ahora, lo hermoso de revisar esa crudeza inicial es notar cómo empezaron a darle forma al potencial que tenían. Al respecto, hay varios elementos que vale la pena mencionar:
Empecemos por el bajo de Paul D'amour, quien hace poco resurgió en las noticias tras ser reclutado para la actual gira de Ministry (otros titanes de la época que están aprovechando muy bien su potencial). Paul fue determinante para el sonido de esta primera era de la banda, tanto por la preponderancia del bajo en una alineación de rock/metal alternativo con una sola guitarra, como por la responsabilidad de impulsar a (nada más ni nada menos que al mejor) baterista. Este señor, quien probó tener la talla para el discazo que sería Undertow, le daba un groove maravilloso a Tool y en Opiate se evidencia su estilo minuto a minuto. Obviamente, más cuando se queda solo, ya sea al inicio de Hush o en la mitad de Cold and Ugly, cuando la banda se detiene y es el riff de bajo el que vuelve a poner en marcha a semejante tren. Este elemento es clave tanto para (la primera fase de) Tool, como para Pantera o Rage Against the Machine, otros gigantes del metal con una guitarra que determinarían gran parte del sonido de toda esa década a punta de groove.
Desde las octavas y los armónicos iniciales, el bajo en el tema Opiate es fantástico. De haber continuado Paul, seguro habría evitado que Tool llegara al estilo progresivo que hoy les caracteriza, pero por ningún motivo dejaría de considerar los bajos en este Ep como sobresalientes (usar acordes es una de sus finos detalles)
Como mencioné, el bajo abre paso a don Danny Carey quien siempre será el plato fuerte dentro del plato fuerte que es Tool. Este Ep es una excelente oportunidad para escucharlo enfocado en el hi-hat, en el redoblante y en el bombo como nunca antes, y particularmente en éste último pues de hecho, es cuando más emplea el doble bombo. Por un lado, ese detalle fue una exquisitez que nos dieron bandas que no eran estrictamente metal (por ejemplo Primus), y por otro, este enfoque no duró mucho, pues fue perdiendo terreno con los años, conforme Danny fue priorizando los toms, como lo haría Neil Peart u otros héroes de la percusión progresiva. Además, el actual bajista Justin Chancellor facilitó esa transición. En todo caso y como siempre, me quito el sombrero ante Danny (en los dos temas en vivo es increíble la mezcla de groove, potencia y velocidad)
En cuanto a Adam Jones se refiere, siento que se ha mantenido tan estable que no siento ningún valor agregado en revisarle. Es decir, me suena tan poderoso como siempre. Así, me queda por revisar a Maynard, quien además de estar estrenando voz (punto importante pues los gritos que pega en este disco, allá quedaron y nunca volverán), está definiendo gran parte de la personalidad de Tool. Esto es muy divertido pues Opiate tiene las letras menos elaboradas de la discografía, asunto medido solamente en cantidad de groserías usadas. No obstante, desde el segundo corte, Hush, su sátira a la censura, empiezan a manifestarse a favor de la libertad de pensamiento: "People tell me what to say. What to think, and what to play. I can't say what I want to, even if I'm just kidding"
Otra prueba de la crudeza de Opiate es el video de Hush, que por un lado palidece ante los altos valores de producción de todos los videoclips que siguieron, pero que es divertido revisar pues fue la primera y última vez que les vimos como protagonistas
En el quinto corte, Jerk-Off, empiezan a entrar en terrenos más filosóficos asumiendo la concepción de bien y mal con algo de arrogancia (la letra me recuerda a Natural Born Killers), lo cual era muy interesante en su momento y lo cual tiene todo el sentido hoy en día. Sin embargo, la mejor letra y la mejor canción es sin duda Opiate, donde profundizan en el mundo de las ideas levantando aun más alto una de sus banderas clásicas: la de pensar por uno mismo, evadiendo dogmas y sistemas de creencias, pocas cosas que me influenciaran tanto en mi vida. Para esto se basan en la frase de Marx "la religión es el opio del pueblo", tal vez una de las ideas más fáciles de entenderle a aquel gigante pensador, y en cuyo desarrollo Jesucristo lleva los platos rotos, por ser el dogma que nos correspondió, pero de nuevo, es una liberación contra todo dogma.
Este es el primer gran tema de Tool, digno exponente de sus orígenes, de sus ideas, de su música. Ha sido incluido en muchos de sus setlists y además mereció una reciente reinterpretación en el estilo actual de la banda (incluido el arte y un nuevo videoclip), extendida hasta los 10 minutos de duración (como si hiciera parte del Fear Inoculum), y con el enfoque progresivo en vez de aquel groove de antaño. (Part Of Me también ha sido tocada en vivo varias veces)
Lo último que vale la pena mencionar es que en esta cruda versión de Tool, también está presente el humor, tanto en el tono sarcástico de las letras como en la hermosa The Gaping Lotus Experience, la "canción escondida" del Ep en la que efectivamente apelan a la libertad de expresión, refiriéndose a dos sustancias psicoactivas de manera cómica pero acertada (LSD y Éxtasis), y en la que también cantan "Satán, Satán" hacia el final de la canción, en el mismo tono. De nuevo, ver cómo abordaban estos temas con libertad y con humor me influenció de la mejor manera posible. Al día de hoy sigo convencido de la importancia de mantener distancia de los dogmas y de la importancia de la risa (esto me recuerda a: El Nombre de la Rosa). Gracias chicos. No pensé que había tanto para evacuar pero de esta forma queda revisado Opiate, el documento más crudo de Tool pero igual lleno de contenido y de valor agregado. Mis respetos para siempre.
Feliz aniversario!