Sobre: 'Paris, Texas'

Calificación9
Mera hermosura en este fresco retrato del suroccidente de los Estados Unidos en los tempranos años 80, a cargo de una de las finas sociedades creativas europeas: Win Wenders dirigiendo y Robby Müller fotografiando. 'Paris, Texas' es obligatoria y nos recuerda lo mejor del oficio antes de lo digital.
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Revisar material audiovisual de Win Wenders en Siglo XX es excelente para recordar cómo eran algunos valores de producción antes de lo digital. He visto varias de sus mejores calificadas y sin duda, demuestran un estilo fino a punta de planos largos y de actuación, en el que le dedicaban mucho detalle a cada foto que compone la película. Ahora, el caso de 'París, Texas' es especial porque se realiza en el suroeste de los Estados Unidos y aunque las locaciones te resultan familiares, la propuesta de este grupo de europeos en Norteamérica, la sientes como nueva. Por cierto, es un bello retrato de los tempranos ochenta, en los que llevo enfocado ya un buen tiempo por razones musicales.

Hubo un tiempo en que destacar la fotografía sonaba pretencioso y cliché, pero esto que hizo Robby Müller aquí es un absoluto espectáculo. Para mí, es la cualidad principal. Los personajes en paisajes y fondos amplísimos, el foco, la arquitectura y sobretodo, los colores. Toda la imagen es increíble. No extraña que tenga tan pocos diálogos e intervenciones y que sea tan fascinante todo lo grabado. Aplausos también a Claire Denis por la dirección de arte y a Ry Cooder por la banda sonora y el exquisito toque western.

Sospecho que si a Robby Müller le diera por dirigir, terminaría haciendo lo que hizo Anton Corbjin hace unos años: pelis sobradas en fotografía pero no tanto en drama, evitando completar una gran experiencia audiovisual, razón por la que una buena sociedad creativa es invaluable en este oficio. Por supuesto, el 50% de la avasalladora hermosura de 'Paris, Texas' está en el drama de pareja disfrazado de drama familiar desarrollado a lo largo de 145 minutos inolvidables. Cómo lo desenvuelven lentamente, cómo acercan a Travis con su hijo Hunter y finalmente, como encuentran a Jane, es divino y sin duda, uno de los puntos más altos en la filmografía de Wenders. Por cierto, esa tercera y última fase de búsqueda en Texas reitera el ritmo de la obra, pues es larga y con muy pocas escenas, entre ellas, la de la cabina de peep-show de donde sale el póster principal. Una lección de imagen, sonido y actuación. Espectáculo.

Entonces, como hay que verla pero hoy en día andamos acostumbradxs a otras dinámicas, es recomendable activar en modo contemplativo antes para poder disfrutar cada plano y cada color, encontrando la historia en las caras y en los paisajes, más que en el diálogo. Disponible en Amazon Prime.