The Real Thing • Trigésimo Aniversario

Este es el primer gran álbum de Faith No More y por ende, uno muy importante. No tengo nada contra el primer cantante Chuck Mosley pero el proyecto denota un enriquecimiento musical muy sensible con la entrada del joven Mike Patton, cuya aguda y juguetona voz lleva las cosas a otro nivel. Por ejemplo, no solo se traen tremendas melodías como Falling To Pieces, sino que además, aún siendo novedosos en su propio estilo, las entregas anteriores (Introduce Yourself y We Care A Lot) son muy homogéneas, lejos de alcanzar la dinámica que aquí se demuestra en el corazón del disco, con piezas maestras como Zombie Eaters y The Real Thing. Increíble.

Ahora, si para King For A Day... Fool For A Lifetime Patton terminó de volverse el cerebro en este organismo, algo hermoso de The Real Thing es precisamente recordar aquella época en que los elementos creativos, que son varios, estaban balanceados, en particular el ex-guitarrista Jim Martin quien añadía la estética thrash a la fórmula. Ese toque metalero es evidente en temazos como Surprise! You're Dead! pero claro, también hay par episodios acústicos.

Y hablando de thrash, recordemos que alimentarse de los ochenta de esta forma tan prolífica es una exquisitez: Aparte del propio funk metal que estaban consolidando junto a colegas como los Red Hot Chili Peppers (a punto de estrenar el Mother's Milk), o Primus (a punto de debutar), en los que el rap es un recurso familiar que aquí también es empleado, el teclado de Roddy Bottum da una atmósfera new wave típica de la época, pero no entre los de su clase. Esto es bien particular.

Tratando de evitar la referencia obligatoria a Epic, una conexión muy fuerte de este trabajo con toda esta generación que alcanzó a crecer sin Internet, gracias a su amplia vocación comercial, terminaría por anotar que el extracto de ese "propio estilo" que mencioné en el primer párrafo lo encontramos en la instrumental Woodpecker from Mars, en la que todo pareciera reducirse al bajo de Billy Gould, los tarros de Mike Bordin y el teclado de Roddy. A su vez, la versión de War Pigs narra de maravilla en qué iba el proceso de la alternativización del metal que se consumaría en los años noventa y cómo no, la marcada influencia Sabbathera en gran parte del rock que nos gusta. Por último, versátil cierre en Edge of the World.

Feliz aniversario!

P.D. Recuerden que los finlandeses Apocalyptica hicieron una versión de From Out Of Nowhere, para alargar esta historia tácitamente.