Siendo Soundgarden una de las cuatro bandas principales de la escena de Seattle y uno de los fenómenos de popularidad del rock alternativo en los años 90, su discografía ha pasado desapercibida por estas tierras hasta el punto de lo inexplicable. Es comprensible que discos del grunge primigenio como UltramegaOK y Louder Than Love se hayan mantenido por fuera de nuestro alcance, pero no Badmotorfinger, donde a pesar de estar entrando en su mejor momento de composición e interpretación, sus temas no rotaron en nuestra radio ni tampoco se encontraban copias físicas por ninguna parte.
El disco abre con dos temas definitivos de su repertorio que integran todas las compilaciones de éxitos. Primero Rusty Cage, que entre otros logros fue interpretado por Johnny Cash para su álbum Unchained de 1996 (entre una larga serie de covers como Personal Jesus de Depeche Mode o de Hurt de Nine Inch Nails lanzados hasta 2002), y segundo Outshined, que es la golosina del disco, con unos riffs y un tempo que la hacen tan contagiosa como Siva en el debut de Smashing Pumpkins.
En este punto, varios elementos indican que se trata de un disco pesado, lo cual podría explicar el desempeño de Badmotorfinger en esta cuna de cumbia y vallenato, pero lo descarto pues era normal en el rock de la época y porque en calidad e intensidad esto es equivalente al Dirt de Alice In Chains, cuya reputación es mucho más amplia en nuestro mercado latino. Para enfocarse en ese lado heavy de Soundgarden vale la pena revisar la tripleta Slaves & Bulldozers, Jesus Christ Pose y Face Pollution, quince minutos donde la profundidad del bajo del recién llegado Ben Sheperd empieza a destacar y donde Cornell lleva la voz tan arriba, que en vivo se le ve en aprietos tratando de igualar el registro. Por el lado B hay canciones más suaves, entre las cuales me quedaría con Mind Riot que es un espectáculo, pero también momentos sónicos importantes como las paredes de sonido que construyen añadiendo instrumentos de viento en Room a Thousand Years Wide y en Drawing Flies, compuestas por el baterista Matt Cameron (como si esas baterías no fueran ya suficiente aporte a la humanidad).
¿Será la complejidad rítmica? No creo pues es una constante en esa discografía y todo el mundo está familiarizado con Superunknown de 1994. No encuentro explicación definitivamente. Si bien me resulta comprensible que no sea la banda más popular de esa camada, siendo por ejemplo Stone Temple Pilots mucho más populares por aquí, si me parece muy extraño que un disco de esta categoría no llamara más la atención. Pero bueno, como más vale tarde que nunca, si acaso llegas a añorar lo mejor del grunge (confirmado por Buzz Osbourne de los Melvins), o el antecedente directo del Soundgarden que todos conocimos cuando Black Hole Sun estalló en Mtv, Badmotorfinger es la respuesta.
Feliz aniversario!