Sobre: 'The Deadly Friend'

Calificación7
The Deadly Friend (1986) cuenta dos historias: una clásica de ciencia ficción y horror ochentero, y otra sobre la trampa que le tendió la industria al maestro Wes Craven, a quien vemos dialogando con Spielberg, con Cronemberg, e incluso con Blade Runner.
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Que mejor excusa para ver terror que octubre, sobre todo con la respetable oferta que hay en las plataformas de streaming. Tal es el caso de HBOmax, donde tenía en remojo Deadly Friend (1986), pues es deber de todos los seguidores del género conocer la generosa filmografía del maestro Wes Craven (q.e.p.d.), rica en clásicos de culto pero también de trampas como ésta en que la industria lo obligó a repetir innecesariamente sus trucos, arruinando la posibilidad de medírsele al David Cronemberg de la época, aunque el tiempo ya ha liberado a Craven de esta responsabilidad.

La historia parte de una ciencia ficción muy amigable (a-lo-Steven-Spielberg), y termina en una crisis a-lo-Blade-Runner que bien habría podido no llegar al horror, manteniéndose en las fortalezas narrativas que salvan la película (de hecho Sam, la personaje principal es una referencia muy puntual al personaje de Pris, interpretado por Daryl Hannah en el clásico de Ridley Scott de 1982).

El caso es que (según se lee en Wikipedia): originalmente era un thriller de ciencia ficción sin escenas gráficas y con énfasis en el drama y en la oscura historia de amor entre los dos personajes principales, lo que suponía un cambio importante para Craven, quien poco antes se había consagrado con A Nightmare on Elm Street, por lo cual al interior de Warner Bros. exigieron cambios al guión y la inclusión de gore, afectando negativamente el resultado hasta el punto que en 2014 se inició una campaña para que la mencionada productora publicara el corte original del director, con la etiqueta:

#ReleaseTheCravenCut

En todo caso Deadly Friend funcionó. Hoy en día es querida por las audiencias y es una referencia perfecta del estilo ochentero que todavía sigue siendo consumido y que continúa inspirando nuevas puestas en escena. De paso, habla muy bien de Friend, la novela en que se basa, escrita por la estadounidense Diana Henstell en 1985, y cuyo potencial le valió ésta adaptación al cine tan solo un año después de haber sido publicada. Entonces, si quieren ciencia ficción y terror ochentero, además de ver a Wes Craven fuera de su lugar común, esta es una buena oportunidad.