Tal como en una exitosa serie de televisión actual, terminada la primera mitad de 1997 muchos ansiábamos el siguiente capítulo en la historia del nuevo metal pues los pocos álbumes que entonces integraban el 'estilo' eran escasos para la creciente demanda de la moda del momento. Y fueron los debutantes Limp Bizkit quienes suplieron aquella necesidad con el Three Dollar Bill Y'all, primer paso en su corto camino para convertirse en una de las bandas mas famosas en la transición del siglo 20 al 21.
Este disco tiene todos los elementos característicos del nuevo metal, pero como valor agregado sobre los demás en su escena (a la que rinden tributo en Indigo Flow), Limp Bizkit es realmente rap metal, es decir que continúa el camino de gigantes como Faith No More, Biohazard o Rage Against the Machine, más que aquel empezado poco antes por sus colegas Korn (a quienes jamás les he escuchado una rima). La competente base rítmica a cargo de los primos Sam Rivers en bajo (de cinco cuerdas) y John Otto en batería (con redoblante piccolo y platillo china), revela esta sólida mezcla pues entre coros y estrofas vienen y van del rap (o funk) al metal con toda la comodidad del caso. El primer sencillo Counterfeit (video) y la vulgar Stuck (que también tiene un toque de jazz al minuto 2:50) son ejemplos perfectos de esto y de mucha calidad.
De ese molde también salen cortes más metaleros o hip-hoperos como Nobody Loves Me o Sour, respectivamente, curiosos como los seis minutos de Stalemate (donde pasa de todo), o elevados como mi favorita Stink Finger y la épica Everything. Excelentes.
Sin perjuicio de lo anterior, Limp Bizkit también se destacó de inmediato por los siguientes elementos: Dj Lethal y el genial Wes Borland en guitarras. Lethal, el único integrante con amplia experiencia en música popular al haber integrado House Of Pain, llegó a alimentar la estridente atmósfera con su extensivo uso del scratching (en varias partes de Clunk se le puede escuchar solo). Por su parte, digo que Borland es genial no solo por su elaborada imagen en el escenario que fue mejorando con el tiempo, o el diseño en portadas y videos, sino por su reconocido estilo que incluye haber grabado este disco sin pick, es decir 'a dedo limpio', que da un plus al sonido de su instrumento. Según leo, adoptó la guitarra de siete cuerdas justo después de la producción del Three Dollar Bill, Y'all, sobre la cual también le reconocen una excelente interpretación.
A la nada despreciable lista de cualidades se suma la razón por la que más sobresalen: el poderoso rapero/vocalista (y figura pública) Fred Durst. Además de su respetuosa-pero-feroz actitud y de todo lo que tenía para decir, la intensidad en cada uno de sus gritos y cantadas es increíble. Ahora, 'el padrino del nu metal', Ross Robinson, fue el responsable de lograr el sensacional sonido del álbum. Es una obra fuertísima en instrumentos pero sobre todo vocalmente. Desde las profanas Intro y Pollution, las primeras de la lista y de la mayoría de presentaciones en la extensa gira auto gestionada con la que alcanzaron reconocimiento, impresiona para bien el nivel de la voz. Tremendo.
Esta particular y talentosa propuesta, joven, generosa en componentes, sonando sucia y enérgica gracias a la magistral producción, hicieron del Three Dollar Bill, Y'all un resultado fascinante porque fue justo lo que los fanáticos del metal alternativo buscábamos en su momento, pero también una referencia de lo que buscamos hoy en día, por lo cual se trata, sin temor a equivocarme, de uno de los mejores discos del rap (y nuevo) metal.
¡Feliz aniversario!
No me referí a Faith porque la detesto, aunque haya funcionado tan bien para todo el mundo...