Como fan tardío de Metallica que empieza a aficionarse a su obra cuando estrenan St. Anger, por allá en 2003, Death Magnetic es un gran evento para mí pues condensa de manera magistral los elementos definitivos de sus fases ochentera y noventera, de thrash y de metal alternativo, respectivamente, exponiendo casi un estilo propio perfecto para continuar reclamando su trono en el nuevo milenio y continuar compitiendo con las nuevas generaciones de metaleros. (En la gira de este álbum pasaron por Bogotá en 2010 y les abrió Mastodon precisamente...) (No se porqué me gusta tanto St. Anger siendo tan nulo en melodía, pero fue el que finalmente me metió de lleno en Metallica)
Desde que empezó a sonar en radio el primer sencillo The Day That Never Comes, cuyo video sobre la guerra, cuyo toque de balada triste inicial y posterior asalto thrash es bastante reminiscente de la inmortal One, el Death Magnetic fue señalado rápidamente como un regreso a las raíces y particularmente al ...And Justice For All estrenado veinte años antes. Y esa sensación quedaba muy comprobada cuando notabas la compleja estructura de sus canciones y su extensa duración. El color blanco en la portada también ayuda a esta conexión.
Pero más importante que recordar o regresar a esa gloriosa época de antaño es la actualización de su sonido y como adquirieron vigencia nuevamente, asunto que me diferencia del fan clásico de Metallica que en muchos casos, poca atención le prestó a este disco mientras que yo disfruto tanto esta última fase, como todo lo demás en su discografía.
Advirtiendo que sin ánimo de ignorar el debate sobre la compresión de su sonido (rango dinámico) como ejemplo de la "Guerra del Volumen", lo cierto es que Death Magnetic suena trescientas veces mejor que el And Justice... El bajo de Trujillo se oye, Lars Ulrich por fin halla tempos de mediana velocidad donde puede estar a completo gusto y solos deliciosos de Kirk Hammet en todas las canciones encuentran el ensamble de la banda en un gran momento para que Hetfield, uno de los putos genios de la composición de música popular, se mande esta otra colección de temazos.
Entonces, de la mano de mi productor favorito Rick Rubin (que por cierto tuvo que decirle que no al World Painted Blood de Slayer por estar produciendo este) construyeron un disco con el ataque y la complejidad clásica, pero también con el sabor (groove) del álbum negro y del Load, logrando un aporte realmente importante al metal de este milenio. Entre mis mis favoritas: The End Of The Line, Broken, Beat & Scarred, Cyanide y la instrumental Suicide & Redemption. Tremendo disco.
Feliz aniversario!