Tal vez CAN sea la mejor exponente del rock alemán por involucrar lo electrónico y lo acústico, dos mundos que convergieron en la maravillosa escena de aquel país en los años 70, en la que Bowie y Eno se internaron por un buen rato a inspirarse, por ilustrar la dimensión de lo que pasaba.
El caso es que la historia discográfica de CAN (o The CAN, como inicialmente se llamaba) comienza en 1969 con el lanzamiento del álbum debut Monster Movie, una de mis razones fuertes para mantener un pie en lo clásico, pues cada vez que lo escucho me resulta increíblemente refrescante entre la amplia oferta actual de música popular.
Estructuras extensas, sin coros y con espíritu de improvisaciones tribales que podrían extenderse al infinito hacen de esto algo muy especial (particularmente en la épica Yoo Doo Right), en donde el entonces cantante (americano) Malcom Mooney ofrece una tremenda interpretación vocal que resulta difícil de etiquetar, ubicándose como en la genialidad de la completa desprevención artística. Un fenómeno, al lado de sus competentes compañeros de banda que fundan poderosas bases de heavy, noise, drone y psicodelia.
Creo que he dicho esto en el pasado pero Pink Floyd tuvo un contrincante gigante en materia de rock experimental y se llama CAN. Esto hay que escucharlo.
Feliz aniversario!