Lard es una de las colaboraciones más interesantes que surgieron del underground ochentero norteamericano, pues se trata de la alineación original de los padres del rock industrial, Ministry, junto al carismático Jello Biafra de los Dead Kennedys, así que si reconocen estas credenciales, supondrán que esto es una propuesta provocadora y enérgica, pero con el valor agregado de que el hardcore (o punk) industrial no es un estilo muy común. Es decir, se trata de una genuina alternativa. Por cierto, pocos artistas tan comprometidos políticamente como Ministry y Jello Biafra. Solo falta revisar sus cuentas en redes sociales para verificarlo.
Obviamente, llegar a LARD en los tempranos años 90 no era tarea sencilla, pues se trataba de música lanzada de manera independiente a través del sello Alternative Tentacles, sin más respaldo comercial que la mera reputación que ya habían amasado los mencionados integrantes en la década anterior. Sin embargo, en 1994 se estrenó Natural Born Killers, uno de los fenómenos audiovisuales del momento y en una de sus escenas más violentas y emocionantes (la revuelta carcelaria), fue incluido un tema de este álbum que ahora reseño, así como en la aclamada banda sonora (no todas las canciones que suenan en la película están en disco). Desconozco si fue por obra y gracia de Trent Reznor, quien la produjo y quién siempre tuvo en el radar a Ministry como una de sus influencias principales, pero en todo caso, eso bastó para hacerme fanático. (Y vaya si me costó encontrar este álbum en CD. Lo compré en Estados Unidos en el año 2000).
El tema en mención es Forkboy, que abre el álbum e introduce sin rodeos el estilo indicado en el primer párrafo. Antes que suene la aguda y burlona voz de Biafra, Al Jourgensen y Paul Barker superan en contundencia a cualquier exponente de las escenas del hardcore y del industrial, con tranquilidad. Dicho sea de paso, ambos venían de estrenar su The Mind Is A Terrible Thing To Taste (1989), y por su parte, Jourgensen venía de producir Rabies (1989), uno de los álbumes más interesantes de las leyendas del industrial canadiense Skinny Puppy.
Las baterías están a cargo de los fallecidos Jeff Ward y William Rieflin (q.e.p.d.), a quienes da gusto escuchar dándole a esos tambores, particularmente, al grueso redoblante de LARD.
Este debut de larga duración titulado The Last Tempation Of Reid, es todo un evento musical y lírico. Haciendo a un lado la divertida versión del bizarro hit ochentero They're Coming To Take Me Away Ha-Haaa! (original de Napoleon XIV) y la dramática crítica a la moral capitalista en I Am Your Clock (los últimos dos cortes del álbum), esto se compone de siete veloces descargas de poder sónico maravillosas. En algunos casos más industriales que otros, como Mate Spawn And Die, y siempre recargadas de política, como Pinneaple Face (extraña narración de la relación del militar panameño Manuel Noriega con los Estados Unidos), o Drug Raid At 4 AM (donde parodian de manera finísima y a toda velocidad, la típica redada anti-drogas estadounidense). También, hay espacio para la paranoia conspirativa de Biafra en la sensacional Can God Fill Teeth?.
(Lean sobre el segundo álbum de LARD aquí...)
Para mi, The Last Temptation of Reid es una excelente anécdota fundada en dos de mis estilos favoritos y acontecida entre mis dos décadas favoritas. Como vieron, en este solo intento discográfico LARD nos dejó mucho contenido para la posteridad, así que ahora solo tienen que escucharlos. Feliz aniversario! (no hay videos en vivo)