El postpunk es una fase en la historia del rock de la que se han derivado cientos de artistas maravillosos. Partiendo desde íconos como Joy Division y The Cure alrededor de 1979, la era dorada del postpunk aconteció durante la década de los 80, cuando vieron la luz muchos álbumes de aquel oscuro y sofisticado estilo que poco después se convirtieron en clásicos. Tal es el caso del Juju de Siouxsie and the Banshees y del Heaven Up Here de Echo & the Bunnymen, dos discazos que se estrenaron en 1981 y que cuarenta años después me están haciendo muy feliz. Como hasta ahora me vuelvo fan, paso a compartirles unas breves notas sobre lo que he sentido al respecto:
Uno de los primeros aspectos por los que el postpunk sobresale es por tener una decente participación de mujeres. Luego, que una de las mujeres sea Siouxsie Sioux es asunto de admiración. De entrada, puedo decir que este disco ha logrado en semanas, lo que no he logrado con álbumes de The Cure en años. La oscuridad es idéntica, pero me contagio más fácil con los tempos y con la voz de Siouxsie (más punkerillo). Juju es un disco que además de exponer de maravilla la atmósfera gótica, se pone rudo en varios momentos del lado B. El rango completo puede apreciarse en Voodoo Dolly, que dura 7 minutos y por ende, es uno de los platos fuertes del álbum. Las altas guitarras del escocés John McGeoh son increíbles, en particular, me rompen la cabeza en Monitor. Esto es lo que he descubierto aparte de cuanto me gustan los contagiosos éxitos Spellbound y Arabian Nights. Gran exponente del lado oscuro de 1981.
Heaven Up Here comparte varios elementos de la época el con Juju, como teclados, los gruesos tambores, el ligero uso de platillos y la ocasional pandereta. También, las guitarras agudas y la destacada voz principal, en este caso, de Ian McCulloch, con un nivel de personalidad equiparable al de Siouxsie. Pero aquí las canciones parecieran tener una dinámica más más homogénea. Siempre se siente el liderazgo del bajo y se notan menos cambios de tempo e intensidad. Tiene una atmósfera especial a la que hay que entrar, lo cual es fácil con Show Of Strenght que atrapa rápidamente. Luego vienen canciones buenas una tras otra, Over The Wall, Heaven Up Here y mi recientemente favorita Turquoise Days, tal vez la única donde se rompe la dinámica. Gran exponente del lado elevado de 1981.
Como unidades y como reflejo de la época, estos dos discos son brillantes. Si bien hay mucha expectativa sobre los aniversarios de 1991, para mí, la verdadera sorpresa y el aprendizaje este año han estado en la revisión de 1981. Feliz aniversario!
Oído a Broke My Neck en la versión expandida del Heaven Up Here en Spotify: