Aunque esta es una reseña por la relevancia de la obra más que por mi relación con ella, la tercera entrega discográfica de Ministry es acerca de muchas cosas interesantes que merecen con creces el espacio y el tiempo: con ella aterrizan en el metal industrial habiendo partido del new wave, con ella se formaliza la dupla original Al Jourgensen/Paul Barker (Hypo Luxa/Hermes Pan) que produciría lo mejor que conocemos de ellos, y con ella se amplía aún más el electrizante panorama de 1988. En todo caso, ya que no está disponible ni en Spotify ni en YouTube, este que estoy escuchando mientras escribo esto, es mi propio The Land Of Rape and Honey en disco compacto.
Que sea señalado como el génesis del metal industrial es demasiada reputación, al menos para quienes pasamos tantos años de nuestra vidas escuchando ese estilo. Recién reseñados el ViViSectVi de Skinny Puppy y el Leprosy de Death por sus trigésimos aniversarios, es claro que en 1988 el metal y el industrial ya eran entidades muy poderosas, la genialidad viene al mezclarlos. Y parece que efectivamente no hay otro exponente que haya hecho esta mezcla tan marcada como ellos, más bien, muchos se alinearon en esta sensacional escuela que Nine Inch Nails traería al primer plano en los años 90. Gracias a esto hubo Head Like A Hole, hubo Broken. Gracias Ministry. (Por cierto, aquí hay un tema que se titula 'You Know What You Are' y en el With Teeth de NIN también. Por otro lado, Skinny Puppy y Ministry construirían un buen disco el año siguiente. Pronto les contaré).
No todo el álbum emplea los característicos riffs distorsionados de guitarra ni la veloz percusión del metal industrial, así que en varios momentos, es solo industrial. Lento y denso en sintetizadores (en algunos casos samples), como el tema que da nombre al álbum. Lo que si es un referente metalero transversal, es la podrida y amenazante voz de Jourgensen, todo un evento sonoro. Pero claro, el extracto del metal industrial está en los cortes 2 y 3, The Missing y Deity. Espectaculares. También en esa onda están Flashback y Stigmata, pero solo los dos anteriores tienen la energía thrash (inclusive hardcore) en los beats y en los riffs. Dicho sea de paso, los beats tienen el mismo sonido del new wave, solo que aquí llegan a atacar como un doble bombo, algo inimaginado por tu banda new wave.
Por último, el metal industrial no solo fue un estilo sino una gran escena de amigos y colegas que entre estudios de Chicago y Londres hicieron cientos de colaboraciones maravillosas, muchas de ellas bajo el sello Wax Trax! y que aquí empiezan con la participación del vocalista Chris Connelly y la máquina percutiva William 'Bill' Rieflin, invitados favoritos de muchos discos chéveres.
Entonces, extraordinarias mezclas se cocinaron en el underground ochentero, que cada día se valorizan más porque no es tan fácil encontrar equivalentes actuales o porque sin duda transitan el camino de los clásicos. Con The Land Of Rape and Honey, Ministry anotó un punto en la historia sin dimensionar su impacto, que con gusto ahora medimos, al enérgico compás del metal industrial.
Feliz aniversario!