Que este proyecto haya sido construido por integrantes de Soundgarden y de -la naciente- Pearl Jam, explica en gran parte por qué es una curiosidad histórica acerca de la cual muchos rockers no podemos resistir las ganas de comentar. Claro, es que se trata de unas de las cabezas más visibles del fenómeno grunge y en general, de unas de las más visibles de aquel 1991 glorioso donde se estrenaron obras como Badmotorfinger y Ten. Pero como siento que siempre se comenta lo mismo, hoy quiero compartir esta opinión complementaria, advirtiendo en todo caso que lo que origina este tributo llamado Temple Of The Dog, es decir el finado Andy Wood, quien le enseñó de carisma y del oficio de frontman a todos en Seattle, lo comenté hace unos meses en el artículo El grunge es ochentero no noventero (oído a Mother Love Bone).
Lo primero que habría que anotar es que el disco es flojo. Miren, a mi me gusta bastante pero de nuevo, más allá del bonito homenaje y de las personalidades que lo realizan, esto está lejos de Badmotorfinger y de Ten. Por eso, es usual que todo gire en torno a los sencillos Hunger Strike, la única canción donde Chris Cornell y Eddie Vedder comparten la voz principal, y Say Hello 2 Heaven, el tributo explícito de Cornell a su amigo fallecido, lo que indica que no es el álbum lo que genera los constantes y amplios comentarios.
Pero bueno, lo segundo que quiero anotar acerca de Temple Of The Dog son mis canciones favoritas. Nunca me verán preguntando en redes "¿cuáles son sus canciones favoritas?" con ocasión del aniversario de ningún álbum, pues si llevo años escribiendo sobre álbumes es precisamente por el conjunto de todas las canciones que los conforman, pero en este caso excepcional es una buena alternativa, más aún cuando no son las canciones indicadas en el párrafo anterior.
Las dos canciones que le dan sentido musical a este disco como un capítulo del grunge son: Reach Down y Your Saviour, donde siento por varios minutos que el ensamble al estilo de Seattle es interpretado por una banda y no por una superbanda. Que Reach Down sobrepase los once minutos de duración me fascina de entrada, así como esa pausa donde Cornell se queda solo cantando el coro tan arriba como solo él lo podía hacer. De Your Saviour me enloquece ese punteo que me recuerda el Pearl Jam de antaño. Ahora, si bien todas las interpretaciones de instrumentos son excelentes, tal vez me quedaría con la batería de Matt Cameron.
Esperando hayan resultado complementarias estas notas, presento mis respetos a todo el combo y por supuesto a Andy y a Chris que en paz descansen. ¡Feliz aniversario!
