Si consideramos que "quien no conoce su historia está condenado a repetirla" es una afirmación veraz, enhorabuena se encuentra disponible la película colombiana Cóndores No Entierran Todos los Días (1984) en Amazon Prime y en YouTube. Primero, porque se trata de una adaptación muy decente de la excelente novela del mismo nombre, estrenada por el escritor tulueño Gustavo Álvarez Gardeazábal en 1972. Segundo, porque tantas décadas después, ése retrato de la violencia en Colombia continúa vigente y hoy (como siempre en este país) resulta muy oportuno revisarlo.
En cuanto a lo técnico se refiere, ésta es la obra más reconocida del director colombiano (nacido en Bélgica) Francisco Norden, quien hace un trabajo muy pulido poniendo en escena la Colombia de mitad de siglo XX, logrando con suficiencia todos los aspectos, particularmente el arte, el vestuario y las locaciones. Lo anterior, junto a las sólidas interpretaciones actorales, rescatan con buen criterio lo primordial de la novela y de sus personajes (como la "cuestión de principios" que bien defiende don León María "El Cóndor" Lozano), ante las limitaciones que supongo traería adelantar una producción cinematográfica por estas tierras en los años 80. Un estilo más dinámico en el montaje le habría dado más ritmo a la película, pero en general cumplen bien la tarea.
Ahora, no sé como se involucrará un extranjero con éste drama, pero para los colombianos esto es una profunda mirada al espejo (una de noventa minutos de duración). Diría que aparte de ausencia de la fuerza pública (que para nuestra tristeza hoy es protagonista principal); el marcado papel de la iglesia (que para nuestra alegría, hoy ya no es tan principal); y por supuesto, la virtualidad de nuestra era; todo se repite. Se repite nuestra idiosincracia, nuestra obstinación y la impunidad que nos evita sanar y evolucionar. Por esto sería valioso regresar a la novela o al menos a ésta película. Recomendada.
Este resumen a continuación revela más de lo que me gusta revelar, pero aguanta:
