Hablar de los Red Hot Chili Peppers y su relación con John Frusciante se volvió un cliché, pero está justificado dada la importancia de esta banda definitiva del funk metal, así como la de Frusciante como guitarrista de algunos de sus mejores álbumes, además de su trabajo como solista, especialmente en este nuevo milenio. El tema es inevitable desde que Johnny abandonó los Peppers por primera vez alrededor de 1993 en la era Blood Sugar Sex Magik, pero se vuelve cliché por allá en 2009 cuando inesperadamente abandona por segunda vez y vuelven a surgir las mismas preguntas del pasado, solo que ya concernientes a una empresa del entretenimiento en plena madurez profesional, y no a una banda de jóvenes talentosos con problemas de droga. (Sobre el primer guitarro Hillel Slovak me refiero en Freaky Styley • Trigésimo Aniversario).
Al abandonar por segunda vez, el entonces reciente Stadium Arcadium ya no era solamente el épico álbum doble con el que los Peppers regresaron a su perfecta forma sónica en el nuevo milenio (recordemos que el "experimental" By The Way de 2002 se compone principalmente por baladas sin punteo de guitarra ni otros toques metaleros), sino que además, efectivamente se trataba del último álbum de los Peppers con quien fuera su mejor guitarrista.
Así, al regresar al punteo del primer sencillo Dani California volví a dimensionar las grandísimas ligas a las que nos referimos cuando se habla de los Peppers con Johnny a bordo. Y punteos es lo que hay aquí: She's Only 18, Torture Me, Readymade... buenísimos. Y claro, tras cada guitarra están las geniales líneas de bajo de Flea (qué tal C'mon Girl, 21st Century, So Much I...?), potenciadas a su vez por el demoledor punch e inteligente ritmo de Chad Smith (oído a We Beleive). Los Peppers son la perfecta combinación de sus cuatro integrantes, que individualmente combinan la técnica y el sabor, elementos de los cuales hay pruebas de sobra en este disco.
(Oh gran banda de nuestros tiempos)
La voz en Snow [Hey Ho], en Turn It Again, EL RITMO EN CHARLIE POR DIOS!!!, la melodía en Stadium Arcadium (tema con el que se extiende el legado de composición musical empezado con Under The Bridge y continuado en Californication; oído a los coros cantados a dos voces por Anthony y John), el regreso al funk puro en Hump de Bump, el groove en Make You Feel Better, en Especially in Michigan (con solo de Omar Rodríguez-López. Ver también: Amputechture • Décimo Aniversario); la delicadeza de Hard To Concentrate e If, el mero funk metal en Storm In A Teacup. En fin. (Muy bien por ti si de casualidad pudiste verlos en el Stadium Arcadium World Tour).
Eso si, mi favorita es Slow Cheetah, bendita perfección musical.
En conclusión, el contexto de la segunda partida de Frusciante cambia muchísimo y para siempre la forma de percibir el Stadium Arcadium. En mi caso, dejé de verlo como un álbum indulgente al que le sobran diez de sus veintiocho canciones, o como un disco sobre-producido y demasiado limpio para mi gusto, para entenderlo como una obra maestra. Igual, sin reclamarle el trono a sus hermanos mayores, es la última expresión pura de la magia original de los Peppers, la exquisita e impecable extensión de su energía en el siglo veinte. Que bien que dure 122 minutos y no 60. Gracias chicos.
Feliz aniversario!