2022 rockeó. Álbumes favoritos de rickiwarrior

Aquí va esta nueva selección de mis favoritos del año, siendo ya la décima que comparto pues inicié este ejercicio en 2013. Todavía predominan álbumes de artistas anglo con quienes ya tengo una relación, como Pixies, pero hay novedades interesantes: 2022 inició con una expectativa gigante sobre algunos lanzamientos que reclamarían toda la atención del mainstream, así que decidí incursionar en ellos con determinación para actualizarme y afinar mi opinión sobre lo que está pasando. De esta forma, las tendencias actuales le quitaron espacio a géneros y estilos donde generalmente me muevo, lo cual me deja satisfecho pues mi propósito es continuar balanceando mi consumo cultural y evitar quedarme en el pasado.

La lista de lanzamientos 2022 con la que me guié fue muy extensa, fue tanta la música revisada que sentí que el tiempo no me alcanzaba y que me costaba encariñarme con los álbumes. Para rematar, terminé alejándome mucho de mi colección de discos, una situación/reflexión importante que me quedó del año pasado, junto a esta lista, que más o menos va en orden de importancia (atención, hay varios enlaces en los textos):

1. Unlimited Love + Return Of The Dream Canteen (Red Hot Chili Peppers)

Aunque me costó unas siete u ocho escuchas completas entender por qué encabezan la lista (poco despreciable ejercicio dado que cada disco supera los 70 minutos de duración), fue increíble cómo lograron renovar la admiración que les tengo. Más allá de lo evidente que resulta su clásica fórmula llena de atractivo comercial (nueva y sabiamente producida por su viejo colaborador Rick Rubin), aquí hay una gran recompensa para el melómano: esta nueva música de los Peppers es pura fineza melódica y rítmica en cada corte. Claro que el regreso de John Frusciante es definitivo, pero los aportes individuales de los 4 son sobresalientes y por supuesto, el divertido y amoroso ensamble que los caracteriza está intacto. Entre los temas que ayudaron a volarme la cabeza están The Heavy Wing e In The Snow. Todavía no he encontrado con quien compartir esta emoción pero creo que esto irá cambiando en éstos meses que vienen, especialmente cuando se concrete el esperado anuncio de su concierto en Colombia en 2023. Por último, si quieren profundizar en el asunto, hay una conversación larga y detallada con Frusciante en el podcast de Rick Rubin: Broken Record

2. Motomami (Rosalía)

Esta historia empezó en el verano de 2020. Buscando completar los créditos para terminar un posgrado, sabiamente tomé un curso de periodismo llamado Storytelling y Algoritmo, donde (virtualmente) el profe Jorge Carrión nos pidió que revisáramos recientes objetos de consumo cultural, entre ellos, el El Mal Querer de Rosalía (2018), de quien ya había oído hablar pero cuya música desconocía. El ejercicio fue un éxito: no sólo me encantó el disco sino que empecé a dedicar más tiempo a nuevxs artistxs, un objetivo del curso en la misión de actualizar a lxs periodistas culturales. Entonces, ya gustándome Rosalía como melómano y como fenómeno cultural, estuve muy atento al lanzamiento de Motomami, que de inmediato se convirtió en uno de los eventos definitivos del 2022, lo cual vengo a aprobar tras dedicarle muchas horas de escucha.

Tanto por el notable cambio frente al El Mal Querer como por los detalles de su producción, Motomami revela una intención futurista y experimental admirable que espero continúe a lo largo de su discografía, pues algo excepcional en la música popular. En cuanto a mi experiencia, que incluyó el concierto en Bogotá en agosto pasado, ésta fue contagiosa y retadora. Si bien bailable y muy cantable, me puso a pensar sobre su sonido minimalista y sobre cómo expone el espíritu de esta época (más sobre ésto en mi reseña sobre el concierto). Por nombrar ejemplos, mientras Candy y La Combi Versace se volvieron favoritas inmediatas, la bachata con The Weeknd (La Fama) o Bizcochito (cuyo riff principal hace tremendo ringtone), me movían el piso y me dificultaban acomodarme, reacciones encontradas que también me generaron algunas letras.

En todo caso, logré una una relación dinámica con el disco en la que los aspectos positivos empezaron a crecer hasta que se volvió un favorito. Para completar, además de gustarme como música y como fenómeno cultural, ahora también me gusta como mujer.

3. Mr. Morale & the Big Steppers (Kendrick Lamar)

Otro de los definitivos de 2022 que resultó entre mis favoritos es el último de don Kendrick Lamar. En el primer intento sentí que se diferenciaba del usual disco de rap (al menos de mi limitada idea), que se trataba de una gran propuesta sonora. Entre la curiosidad y la sopresa que me iba generando cada escucha, me acomodé relativamente rápido sus ambiciosos 78 minutos de duración. Por ejemplo, pensé muchas veces en el uso del piano, uno de los detalles que lo hizo especial para mí. En ésa primera etapa, la canción (¿o episodio sonoro?) We Cry Together me costó mucho trabajo por su intensidad, pero luego terminó encajando perfecto en esta lista de temas maravillosos cuya musicalidad se aprecia de a pocos y claro, alimentando una idea general pues recordemos que al hombre le entusiasman bastante los álbumes conceptuales.

Esto se confirma al revisar las extensas letras (rapeadas con su gran habilidad), sobre traumas, familia, género, tránsitos y reflexiones, en un ejercicio sincero y terapéutico muy a la moda, en donde, quienes conozcan la materia reconocerán algunas referencias. Así, Mr. Morale & the Big Steppers es un gran contenido con un gran alcance. Sus trabajos anteriores también son dinámicos, sinceros y musicales, pero éste es demasiado. Una barbaridad este álbum y de nuevo, excelentes videoclips también. Por cierto, en Amazon Prime se encuentra una reciente presentación en vivo del The Big Steppers Tour en París, con todo lo que su show en vivo puede ofrecer.

4. When The Wind Forgets Your Name (Built To Spill)

En abril vi el video del primer sencillo Gonna Lose y me fascinó, lo cual me resultó lógico cuando revisé la trayectoria de Built To Spill y el respeto que le tienen algunas personas cercanas. Cuando estrenaron el disco descubrí que ofrecían algo más que aquel rock alternativo con que llamaron mi atención inicialmente: sus canciones son largas y emocionales, con una atmósfera muy propia, con toques de folk y psicodelia, con muchos arpegios y el toque indie/lo-fi por el que son reconocidos. No fue inmediato pero poco a poco fui desarrollando el gusto por el disco, siendo ahora un favorito y cómo no, mi puerta de entrada a esta banda a la que tengo que dedicármele en 2023. Entonces, más vale tarde que nunca.

5. Alpha Games (Bloc Party)

Aunque llevan años tocando y hasta les vi en Rock Al Parque en su momento, es hasta su sexto álbum Alpha Games que me sumo a sus seguidores. No se qué tanto han evolucionado pues desconozco su material anterior, pero entiendo que (tal vez) el impacto de su exitoso debut venía disipándose, por lo que éste álbum podría ser un buen intento por ponerse de nuevo en forma. De cualquier manera, para mí fue el primer disco en gustarme completo en 2022. Buenos sus detalles electrónicos y dance, el sencillo The Girls Are Fighting, y bacano que ahora la batería esté a cargo de una mujer (Louise Bartle) cuya voz puede escucharse en los coros. Por cierto, en 2022 hubo nueva música de varias bandas que al igual que Bloc Party, marcaron la pauta post-2000, por ejemplo: Yeah Yeah Yeahs, The Black Angels e incluso Jack White. Sin embargo, ésta fue mi preferida entre ellas.

6. Oh Death (Goat)

A través de la radio de Spotify di con esta maravilla en algún momento del segundo semestre. Haciendo de las suyas, el algoritmo puso a sonar la canción Under No Nation, una especie de funk-folk irresistible que me hizo detener mis actividades y averiguar de qué se trataba: una banda (casi orquesta) sueca con diez años de existencia dedicada a los sonidos del mundo con un sabroso enfoque psicodélico. Escuchando el álbum, a veces me recordaba a Fela Kuti, a veces a Santana, estilos clásicos que no son tan frecuentes en la oferta del día a día. Aunque aparentemente esconden sus identidades, noto que al menos hay un par de mujeres en la alineación, detalle que vale la pena destacar. En este momento es poco lo que tengo por anotar, pero Goat es una de las novedades que me queda de tarea. Espero topármeles en algún festival, creo añadirían gran variedad a un line-up.

7. Doggerel (Pixies)

En éstos diez años compartiendo ‘lo mejor del año’, los cuatro últimos discos de Pixies han estado entre mis selecciones, es decir, una de mis grandes zonas de confort. En Doggerel repiten una vez más su fórmula y yo confirmo que continúo cautivado por ella. Me hace muy feliz, más aún, si vienen a tocarla en vivo a Bogotá (aunque a mi pesar, pocas novedades tocaron). No tengo mucho por anotar aquí, pero su nueva música me resulta muy útil pues como sugerí en la introducción, ya no encuentro tanta satisfacción en continuar revisando su material del Siglo 20 que me sé de memoria, mientras que descubro en éstos nuevos discos un potencial idéntico que además supera muy bien la prueba del tiempo. (P.D. Vaya si me pusieron a cantar en la ducha con Haunted House)

8. Zeal & Ardor (Zeal & Ardor)

Desde que éste proyecto vio la luz hace cinco años (aproximadamente), sobresalían sus fusiones de metal extremo con gospel, ritmos africanos y otros estilos folclóricos, como valor agregado en la amplia oferta de música pesada. Sin embargo, sólo hasta esta entrega le encuentro plena satisfacción. Todavía no he resuelto si este disco sacrifica un poco aquella "originalidad" inicial o si profundiza en ella, pero me encantó Zeal & Ardor. Aunque metal hubo a montones en 2022, fue éste el que realmente me resultó dinámico y emocionante, y los excelentes videos que compartieron para promocionarlo no se quedan atrás.

9. Nostalgia Like Cancer (Murderbait)

La cuota oscura de la lista la pone Murderbait, un cuarteto de Portland que envuelve varias influencias clásicas bajo el infalible post-punk. Aunque relativamente nueva, el pasmado tempo, la atmósfera triste, las guitarras que se lamentan (como al final de Tourniquet de Marilyn Manson), y por supuesto, la pulida voz, le dan mucha solidez a Nostalgia Like Cancer y una especie de sabiduría muy interesante. Gracias a Lucrecia Daphne Ruhz por la recomendación.

10. The Loser (Gospel)

Por despiste quedó por fuera de la selección de hardcore 2022 que se compartió aquí hace unas semanas, pero efectivamente, tanta crítica positiva es merecida. No extrañaría que lo encontren en otras listas de lo mejor de 2022, pues este post-hardcore con teclado es una exquisitez. Por un lado me recuerda lo que me habría gustado escucharle a The Mars Volta en su regreso este año, y por otro, ésa emoción que nos dejó Turnstile en 2021 con Glow On. Otra barbaridad de álbum.

11. Un Verano Sin Tí (Bad Bunny)

Retomando la introducción a esta lista, es evidente que Un Verano Sin Tí era uno de los discos que venía por toda la atención de las masas y a romper todos los récords posibles. Pues me puse en la tarea y comprobé que soy completamente vulnerable a la moda del momento, aunque pensaba que no lo era, o me negaba a creerlo (según el reporte, fue de los que más escuché en Spotify). Sin duda esta es mi recomendación más polémica a la fecha, pero no importa, me encanta la justificación.

En el primer intento me dio mal genio cuando me di cuenta que el álbum dura OCHENTA Y UN MINUTOS. Ésto lo esperaba de Tool pero jamás de un disco de reggaetón. No obstante, esos benditos sintetizadores de Moscow Mule me seducían ipso facto y en cada recorrido iba encontrando detalles que me permitían regresar al disco. Siempre hubo momentos difíciles pero cada vez eran más reducidos, por ejemplo, pasé de menospreciar a amar Ojitos Lindos (junto a Bomba Estéreo), pasé de considerarlo un disco larguísimo a entender el concepto de playlist de verano que imaginó su creador y que explica la participación de tantos productores y artistas en la producción.

Entonces, si bien predomina el reggaetón, el éxito lo garantiza su alternancia con otro buen número de estilos. El segundo corte, Después de la Playa, rompe durísimo la expectativa con merengue y mambo; el hit del año Tití Me Preguntó, es una joya que mezcla dembow, trap y bachata de manera magistral (amo la señora que lo increpa por mujeriego); Me Fui de Vacaciones es un reggae clásico muy sabroso; Otro Atardecer es otra curiosidad, muy pop; y por resaltar otro gran caso de éxito, está El Apagón, que inicia con percusión y un gran rap sobre Puerto Rico, y luego muta hacia una animada electrónica, entre house y techno. Esa canción terminó siendo un plato fuerte del álbum cuando compartieron el videoclip que se convertía en documental sobre la gentrificación en San Juan (Aquí Vive Gente). Tremendo.

Bonita crisis me trajo este disco, pues además de seguir descubriendo música, en 2023 podría continuar diversificando mi identidad. Ahora, en varias oportunidades me vi tentado a enfrentarme con obstinados que denigran y atacan permanentemente a Bad Bunny o al reggaetón, pero me aguanté las ganas por salud mental y porque no hay un debate realmente, sólo hate. Dicho sea de paso, yo solía ser uno de estos obstinados. En todo caso, antes de atacar al reggaetón valdría la pena revisar que no se esté fomentando violencia, discriminación y clasismo, entre otros fenómenos indeseables. Esto se ha analizado muchas veces y desde hace décadas con otros casos de estudio, pero no sobra recordarlo para quienes desen debatir realmente: los mencionados ataques usualmente se fundan en mitos y falacias. Recomiendo un artículo reciente que diagnostica esta situación: Bad Bunny y Bach: mitos e imaginarios culturales, accesible fácilmente en Internet.

Con esta selección y reflexión cerré 2022. Espero les guste y les sirva, y en 2023 les deseo grandes momentos y experiencias musicales, diversas y reveladoras.