Traté de inspirarme por días pensando qué hace a Doolittle especial y porqué es mi álbum favorito de Pixies, pero pocas ideas o adjetivos llegaron a mi cabeza. Me encontré reiterando viejas conclusiones, por ejemplo, que alcanzar a demostrar niveles de melodía y armonía de esta categoría en este formato "punk" de rock n' rolles de tan corta duración, ubicaron a Charles 'Black Francis' Thompson IV como uno de los mejores compositores americanos (y vocalistas...), y paralelamente, la abrumadora conexión que lograban los cuatro integrantes juntos los ubicó a su vez como banda de culto. Con la enérgica guitarra rítmica de Charles (Fender) contrastando con la controlada pero letal guitarra líder de Joey (Gibson), mientras en la fábrica del groove el claro bajo (y voz) de Kim Deal, que agrega el espíritu nostálgico del new wave a la receta, invita a David a llenar el espacio con su batería surfera, básica, donde un detalle tan sencillo como una pandereta te pone los pelos de punta. (Por cierto, oído a cómo sacarla del estadio con un típico riff de batería rock al inicio de la divina La La Love You, así como su aporte vocal. Una nota.)
Tal vez lo único nuevo que pensé es que en Doolittle hay una notable maduración como banda, construyendo sobre las bases acústicas de Come On Pilgrim y sobre la fuerza cruda (noise y hasta hardcore) de Surfer Rosa, para enfocarse junto al productor Gil Norton en la racha de tres álbumes que aquí iniciaba, en los que consagraron su propio universo sónico y lírico, único e irrepetible, impulsando de paso una porción muy importante de lo mejor de los años 90, nada despreciable influencia en uno de los mejores momentos del Siglo XX. Ya me gustaba Pixies cuando vi a Bowie hacerles ese reconocimiento, pero gracias a esa guía los seguidores entendimos un poco mas por qué nos gustaba tanto esto, mientras que el resto de las masas descubrieron que más allá de éxitos underground colados en espacios comerciales como Hey, en Pixies había una tremenda fuente musical.
Pero volviendo al homenajeado, si creo que es aquí donde el cuarteto de Boston empieza a sonar tan bien que parecían ingleses. Seguro han leído este comentario antes pero efectivamente en mis primeros años escuchando Pixies, creí que eran una banda inglesa (o británica). Con esto quiero decir que había un toque extra de sofisticación en la propuesta, como normalmente acontece con el rock de esa isla. Y si, así como he insistido en mantener la paternidad del punk como americana, a los ingleses hay que reconocerles que su composición es más elegante. (Además, como aconteció con Hendrix en su momento, estos americanos tuvieron mejor recepción en Europa que en su propio país...) En fin, por ningún motivo sugiero que no hubiese suficiente personalidad desde el origen de Pixies, pero si creo que en Doolittle encuentran su mejor forma, dominando su estilo propio, pasando un pie de lo popular a lo erudito y logrando una atmósfera sonora maravillosa.
Por cierto, siento que todos los instrumentos en Doolittle suenan afilados, el redoblante templado, el bajo con mucho tono, la voz tenor, y las cuerdas lejos de una afinación grave. Ahora, sus hermanos también podrían caber en esta descripción sónica, pero Doolittle trae una calidez especial que no se donde sale, pero me resulta evidente y conmovedora.
Y del tímido reconocimiento a las voces del primer párrafo (porque vocalmente me vuela la cabeza), es imperativo mencionar el lado poético de Pixies, muy característico de Charles, cuyo toque de espanglish se había hecho notar desde sus primeras grabaciones y que aquí, en la apertura con la espectacular Debaser (único espacio donde he visto usar "Debaser"...), añade dos palabras en francés, haciendo una bonita referencia cinematográfica, clásica y europea, recordando que aquí las tendencias líricas son, no quiero llamarlas surreales, pero en todo caso raras:
"Got me a movie - I want you to know
Slicing up eyeballs - I want you to know
Girlie so groovy - I want you to know
Don't know about you - But I am un chien andalusia"
Seguro les pasó a ustedes también, no tener ni remota de lo que decía ese coro hasta consultado el texto... Y bueno, más que raras, hermosas, como Wave Of Mutilation, wow, o Monkey Gone To Heaven (de donde sale la portada), una canción tan linda que es difícil de creer. Los números en la letra y como le hacen espacio a los chelos y violines es un espectáculo. Hasta en la simple Here Comes Your Man hay gran letra. Ahora, la dosis de español viene en la hardcorera Crackity Jones, (he got friends like Paco Pico Piedra... La Muñeca...). Y aunque poco literal, es muy narrativo, muy visual, como ese lamento western de Sliver: "In this land of strangers, there are dangers, there are sorrows". Por cierto, hay muchos acordes sueltos por ahí, como adornados, que enriquecen mucho el color de Doolittle. Los detalles líricos, algunos bíblicos otros mundanos, fluyen hasta el final con Gouge Away (lo que sea que signifique ese phrasal verb):
"Missy aggravation
Some sacred questions
You stroke my locks
Some marijuana
If you got some"
Así pues, solo quedaría referirme a la poderosa Tame, que contiene el icónico cambio entre estrofas suaves y coros explosivos, el crescendo permanente de I Bleed, la percutiva Dead, la alegre Mr. Grieves (de donde sale "Pray for a man in the middle - One that talks like Doolittle"), y la extraña There Goes My Gun. Finalmente me refiero a mi predilecta No. 13 Baby, si es que en realidad hubiera una predilecta. Ahora rebuscando material encuentro que así como a mi, hay un grupo de personas en el mundo particularmente afectados por el outro de este tema, que es tan elevado que podría extenderse para siempre, hasta mi muerte.
Entonces, aquí termina esta celebración del trigésimo aniversario de esta joya, echándole más flores de las recibidas hasta la saciedad por la historia, pues ha significado mucho para mi: como el primer álbum ochentero que amé con todo mi corazón y mi definitivo de Pixies, pues todavía me imbuye en ese original estado de enamoramiento con la música, sin importar como me encuentre.
Feliz aniversario oh disco divino!